lunes, 11 de mayo de 2009

EDUCACIÓN PARA UN ESTILO DE VIDA


Las mejoras relativas al tema de la salud, que venimos tratando, dependen ahora, y cada día más, de cómo nos conducimos como individuos en relación a nuestro estilo de vida, que del mejoramiento de la atención y servicios médicos en calidad y cantidad. En gran medida la salud está en manos de cada persona. Si tiene la suerte de haber nacido sin enfermedades congénitas, un individuo, si controla adecuadamente su propia conducta, puede hacer más para preservar su salud y prolongar su vida, que lo que se puede lograr por medio de un definido sistema de medicina preventiva o terapéutica. En muchos países, este concepto, ha recibido confirmación y apoyo por parte de instancias responsables de la salud de los ciudadanos. En efecto, la evaluación de los riesgos y la educación orientada hacia un estilo de vida adecuado, son herramientas nuevas y poderosas que encuentran su origen en este concepto: la gente ha de aprender que el estilo de vida que elige vivir determina en gran medida su nivel de salud y de su calidad de vida.
Si se educa adecuadamente, de forma que sea inteligible, y se explican los factores y actitudes que afectan y determinan la salud, las gentes sentirán el deseo de colaborar consigo mismo en disminuir e incluso en eliminar conductas que pueden desencadenar riesgos para su salud.
Los seres humanos, por creación, tenemos la facultad y posibilidad de decidir, de tomar y poner en práctica decisiones meditadas. Dios nos dio este maravilloso don en el mismo principio de la existencia humana. Moisés el gran legislador, el vocero de Dios, en su mensaje al pueblo, dijo: "Escoge la vida, para que vivas tú y tu descendencia".

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