Para abordar en forma práctica el tema de la nutrición no necesitamos estudiar química, sino reconocer las cantidades y clases adecuadas de alimento que se necesitan para preservar la salud. Ya de entrada afirmamos que los alimentos integrales, preparados de la forma más sencilla posible, constituyen el mejor y más nutritivo régimen de alimentación.
En el primer libro de las Escrituras, el Génesis, encontramos el régimen original prescrito en el Edén: "Mirad, os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, así como todo árbol en que hay fruto y da semilla. De todo esto podréis comer".(Génesis 1:29).
El hombre,por su desobediencia a su Creador, se hizo acreedor de una "maldición"; así que fueron añadidos para comer algunos otros ingredientes: "Maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida, espinas y cardos te producirá y comerás plantas del campo". (Génesis 3:17-18).
Al régimen original de semillas, legumbres, frutas y nueces se le añadieron verduras y raíces, tal como son las patatas, zanahorias, etc. (las plantas del campo).
En próximos posts seguiremos de este interesante y desconocido tema.
