jueves, 29 de octubre de 2009

LA SALUD POR EL ESTILO DE VIDA



Hay una significativa relación entre el aumento de las enfermedades degenerativas y el régimen de alimentación en los llamados países "desarrollados". Al seguir un régimen rico en productos de origen animal aumentan los problemas cardiovasculares y la obesidad, con toda la secuela de otros, incluso de orden social.
 Sin embargo está claramente demostrado, tras muchas investigaciones, que un régimen alimenticio vegetariano, unido a un estilo de vida sano: no fumar ni usar ningún tipo de drogas, abstención total de alcohol y otros estimulantes, café, té, cacaos... alimentos refinados, azúcares... conduce a una gran disminución de enfermedades cardiovasculares, diabetes, derrames cerebrales, cálculos biliares... y una mucho menor incidencia de casos de cáncer (de pulmón, mamas, colon).
Hay especialistas que tienen la sinceridad y valentía de denominar el consumo de las carnes como "un crimen ecológico"... algún día entraremos en el análisis de este concepto.
Algunos factores a tener en cuenta son:
  • La aspiración de aire contaminado: humo de tabacos, polución...
  • L exagerada exposición a los rayos ultravioletas del sol o artificiales.
  • Los ejercicios practicados en exceso: en tiempo y/o en esfuerzo.
  • La diabetes no controlada, con sus elevados índices de azúcar en la sangre.
  • Las tensiones (estrés) emocionales.
  • Las radiaciones X.
  • El consumo de muchos oxidantes, como son las grasas y el hierro (presentes en la carne).
  • Partículas microscópicas irritantes que pueden penetrar en los pulmones, etc. etc.
Dios, nuestro Creador, inspiró al profeta Isaías "¿Por qué gastáis en lo que no es pan y vuestro trabajo en lo que no sacia? ¡Oídme atentamente: comed de lo mejor!  Isaías 55:2.
Los "alimentos" refinados son ejemplos de cómo se gasta el dinero en lo que no es alimento verdadero sino calorías vacías que poco, por no decir otra cosa, aportan a nuestra buena vida. 
(Otro día veremos algo sobre el sedentarismo y el ejercicio físico).

lunes, 5 de octubre de 2009

LA EXPERIMENTACIÓN "HONRADA"



Hay abrumadoras evidencias de que las características nutritivas de los alimentos de origen animal fomentan las enfermedades degenerativas, mientras que las características nutritivas de los alimentos de origen vegetal inhiben el desarrollo de estas enfermedades.
Aunque actualmente se recomienda bastante un creciente consumo de frutas, verduras y semillas, no se manifiesta (siendo tan necesario) que se debería disminuir mucho el consumo de alimentos de origen animal.
Como consecuencia de la presión comercial de las grandes distribuidoras y productoras, se hacen intentos para "preservar el consumo tradicional de alimentos de origen animal", aconsejando la sustitución de, por ejemplo, la carne de pollo por la de vaca, o invitando al consumo de productos animales de granja o de crianza ecológica.
Siendo que todos los nutrientes se originan en las plantas, es muy lamentable que tantas personas decidan alimentarse y obtener nutrientes de segunda mano, a través de los alimentos de origen animal.
La "información honrada" recomienda así: Coman en cantidad cereales integrales, verduras y frutas. Incluyan en su dieta diaria soja o alguna otra leguminosa. Consuman pequeñas cantidades de nueces, almendras, avellanas u otras semillas oleaginosas; sobre todo reduzcan, hasta eliminar, el consumo de productos animales. Podemos asegurar, sin riesgo de error, que el régimen de alimentación que más apoya la salud y la sanidad en los humanos es el totalmente vegetariano, basado en los productos farináceos, más frutas y verduras frescas.
Repetimos que la evidencia científica apoyando el régimen vegetariano es abrumadora. Los mitos, asustadores, relacionados con la preocupación por un consumo adecuado de proteínas y productos de granja, se atribuyen en forma creciente a la propaganda emanada, precisamente, de las grandes industrias de la carne y los productos llamados de granja.
Estas industrias hicieron grandes inversiones económicas, desde principios del siglo XX, en los departamentos de investigación de muchas universidades, y gracias a su influencia, la educación en cuanto a la nutrición nunca ha sido imparcial, siempre ha estado condicionada por intereses nada adecuados a la mejor calidad de vida. Esta tendencia a la alimentación cárnica todavía tiene sus voceros en ámbitos de investigación y médicos.