EDUCACIÓN PARA UN ESTILO DE VIDA- 2

Así habló Moisés, poco antes de subir al monte Nebo donde iba a morir: "Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que mandéis a vuestros hijos que cuiden de cumplir todas las palabras de esta Ley. Porque no es cosa vana; es vuestra vida, pues por medio de esta Ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra a la que vais para tomarla en posesión" (Deuteronomio 32: 46,47).

Dios pone aquí énfasis en la relación que existe entre la causa y el efecto. si vivimos de acuerdo con sus mandamientos, entonces el resultado natural es vida y salud. La desobediencia acarrea como resultados naturales la enfermedad y la muerte.

Varios años después Josué les dio este último testamento a los hijos de Israel: "Si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quien sirváis... pero yo y mi casa serviremos a Jehová" 

(Josué 24:15). 

¡Demos gloria a Dios en nuestros cuerpos! "¡Escoge la vida!" era el ruego de Moisés. Hoy sigue siendo el llamado de Dios a nosotros por intermedio del primer ángel de Apocalipsis 14; darle gloria a Dios comporta tomar buenas decisiones.

EDUCACIÓN PARA UN ESTILO DE VIDA

Las mejoras relativas al tema de la salud, que venimos tratando, dependen ahora, y cada día más, de cómo nos conducimos como individuos en relación a nuestro estilo de vida, que del mejoramiento de la atención y servicios médicos en calidad y cantidad. En gran medida la salud está en manos de cada persona. Si tiene la suerte de haber nacido sin enfermedades congénitas, un individuo, si controla adecuadamente su propia conducta, puede hacer más para preservar su salud y prolongar su vida, que lo que se puede lograr por medio de un definido sistema de medicina preventiva o terapéutica. En muchos países, este concepto, ha recibido confirmación y apoyo por parte de instancias responsables de la salud de los ciudadanos. En efecto, la evaluación de los riesgos y la educación orientada hacia un estilo de vida adecuado, son herramientas nuevas y poderosas que encuentran su origen en este concepto: la gente ha de aprender que el estilo de vida que elige vivir determina en gran medida su nivel de salud y de su calidad de vida.

Si se educa adecuadamente, de forma que sea inteligible, y se explican los factores y actitudes que afectan y determinan la salud, las gentes sentirán el deseo de colaborar consigo mismo en disminuir e incluso en eliminar conductas que pueden desencadenar riesgos para su salud.

Los seres humanos, por creación, tenemos la facultad y posibilidad de decidir, de tomar y poner en práctica decisiones meditadas. Dios nos dio este maravilloso don en el mismo principio de la existencia humana. Moisés el gran legislador, el vocero de Dios, en su mensaje al pueblo, dijo: "Escoge la vida, para que vivas tú y tu descendencia".

LA REFORMA RELATIVA A LA SALUD

Existe un grave problema que, en ocasiones, recibe mucha atención por parte de los medios de difusión. Se nos indica la falta de relación directa entre el costo de la atención médica y su eficacia. Algunos métodos menos costosos también pueden ser eficaces. Una reforma en pro de la salud, que indique la corrección de hábitos inadecuados podrá contribuir a detener el constante aumento de los costos de la atención sanitaria. 

Las principales causas de enfermedad y muerte son, en términos generales y desde el punto de vista científico, que han sido estudiadas ampliamente: 

• La biología humana. Comprende todos los asèctos de la salud que se desarrollan dentro del  cuerpo como resultado de la biología humana básica y de la herencia genética.
• El ambiente. Abarca todas las condiciones externas al cuerpo que afectan la salud, acerca de las cuales nosotros, por lo general, tenemos muy poco control.Incluyen los alimentos no seguros o contaminados, las drogas, los cosméticos, el aire, el ruido, las aguas contaminadas y otros elementos que implican riesgos para la salud.
• El estilo de vida.  Se refiere a las decisiones que los individuos pueden tomar en aspectos acerca de los cuales tienen cierto grado de control. Tiene que ver con las decisiones acerca de cómo, cuándo y qué comer o beber; los hábitos relativos al ejercicio y al descanso; y una cantidad de otras decisiones que se refieren al riesgo de contraer enfermedades o que afectan la salud. Los riesgos asumidos voluntariamente pueden conducir, por ejemplo, a "enfermedades de propia elección", como el enfisema, el cáncer de pulmón o las enfermedades cardiovasculares para los que deciden y persisten en fumar, o la cirrosis hepática y los accidentes automovilísticos para los que deciden consumir bebidas alcohólicas.
• Atención organizada de la salud. El personal sanitario, los equipos y toda la infraestructura que conforman el sistema de atención de la salud, u otras formas de cobertura médica que consumen una gran parte de los recursos económicos del país, son incapaces de impedir la enfermedad y promover la salud. Este es un hecho que se afirma cada día.